Constitución de Apatzingán

La Constitución de Apatzingán fue un documento fundamental en la lucha por la independencia de México durante el siglo XIX. Sancionada el 22 de octubre de 1814 por el Congreso de Anáhuac reunido en la ciudad de Apatzingán, esta constitución representó un intento por establecer un gobierno independiente y republicano en los territorios controlados por los insurgentes. A pesar de su corta vida útil, la Constitución de Apatzingán marcó un hito importante en la historia mexicana al ser el primer documento legal que buscaba organizar un nuevo orden político basado en principios democráticos y liberales.
Su promulgación se dio en un contexto complejo marcado por la lucha armada contra el dominio español. La constitución aspiraba a consolidar la independencia de México, establecer una estructura de gobierno representativa y garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos. Aunque su aplicación fue efímera debido a las circunstancias políticas del momento, la Constitución de Apatzingán dejó un legado importante al sentar las bases para futuras constituciones mexicanas y al expresar el deseo de libertad e independencia que caracterizó al movimiento insurgente.
Antecedentes
La creación de la Constitución de Apatzingán se enmarcó en el contexto de la lucha por la independencia de México, iniciada con el Grito de Dolores en 1810. Tras la muerte de Miguel Hidalgo y Costilla en 1811, José María Morelos asumió el liderazgo del movimiento insurgente. En septiembre de 1813, Morelos convocó al Congreso de Chilpancingo, donde se proclamó la independencia de México y se estableció un gobierno provisional.
El Congreso de Chilpancingo sentó las bases para la redacción de una constitución que estableciera un nuevo orden político en el país. Se redactaron documentos importantes como los "Sentimientos de la Nación", que proclamaban la independencia total de América Mexicana, la creación de un gobierno popular representativo y la abolición de la esclavitud. El 6 de noviembre de 1813, se firmó el Acta Solemne de la Declaración de Independencia de la América Septentrional, documento que formalizó la ruptura con España.
Contenido
La Constitución de Apatzingán, promulgada en octubre de 1814, constaba de dos títulos y 242 artículos. Se basó principalmente en la Constitución de Cádiz de 1812, pero introdujo modificaciones importantes para adaptar el modelo a las necesidades del movimiento insurgente.
Una característica distintiva de la Constitución de Apatzingán fue su enfoque republicano. A diferencia de la monarquía española, se estableció un sistema de gobierno basado en la soberanía popular y la división de poderes. El poder ejecutivo estaba dividido entre tres personas que tenían igualdad de autoridad y responsabilidades, quienes ejercerían el cargo en una alternancia cada cuatro meses. La constitución también establecía un sistema judicial independiente y garantizaba los derechos fundamentales de los ciudadanos, como la libertad, la propiedad, la igualdad y la seguridad.
Redactores y firmantes
El proceso de redacción de la Constitución de Apatzingán fue liderado por el Congreso de Anáhuac, que se reunió en la ciudad de Apatzingán debido a la persecución realista. Entre los principales redactores del documento se encontraban José María Morelos, Ignacio López Rayón y Juan Aldama.
La firma de la Constitución de Apatzingán fue un acto simbólico que representó el compromiso de los insurgentes con la construcción de una nueva nación independiente. El documento fue promulgado por el Supremo Gobierno, encabezado por José María Morelos, quien se convirtió en el primer presidente del gobierno provisional establecido bajo la constitución.
Final de la Constitución
La existencia de la Constitución de Apatzingán fue efímera. A pesar de su importancia simbólica, las fuerzas realistas lograron recuperar el control de gran parte del territorio mexicano. El 5 de noviembre de 1815, el gobierno constituido al amparo de la Constitución se trasladaba a Tehuacán, Puebla, custodiado por el generalísimo Morelos, cuando fue interceptado por el coronel Manuel de la Concha en Tezmalaca, Guerrero.
El Congreso logró huir gracias a Nicolás Bravo que defendía la retaguardia; pero en la acción Morelos fue capturado junto con 200 insurgentes más. De la Concha fusiló ahí mismo a 150 insurgentes, mandó embarcar los otros 50 como esclavos a Manila y entregó a Morelos a Calleja en la Ciudad de México el 13 de noviembre de 1815. Ese mismo día, el Congreso nombró a Ignacio Alas como nuevo vocal del Supremo Gobierno en sustitución de Morelos; pero dada la situación tan precaria del gobierno insurgentes, en la práctica Alas era el único miembro en presencia del poder Ejecutivo.
El general Manuel Mier y Terán quedó a cargo de la custodia del gobierno, pero ante el avance realista, disolvió el Congreso el 15 de diciembre de 1815, sustituyéndolo por una junta militar encabezada por él, la cual no recibió el respaldo de muchos jefes insurgentes, por lo que esta junta simplemente desapareció casi de inmediato. La disolución del Congreso y la desaparición de los otros dos poderes serán el final de la Constitución de Apatzingán. El 22 de diciembre Morelos fue fusilado en Ecatepec, sellando así esta etapa de la independencia.
En el olvido
La guerra de independencia continuó y los logros constitucionales alcanzados entre 1814 y 1815 pasaron al olvido. Posteriormente, tras la proclamación del Plan de Iguala (24 de febrero de 1821), la firma de los Tratados de Córdoba (24 de agosto), la entrada triunfal del Ejército Trigarante a la Ciudad de México (27 de septiembre) y la proclamación formal de la independencia del Imperio Mexicano (28 de septiembre), nació el Estado Mexicano; el cual se rigió por la Constitución de Cádiz, modificada por nuevas leyes del Imperio, hasta que se promulgaron el Acta Constitutiva de la Federación (31 de enero de 1824) y la Constitución Federal (10 de octubre).
Bajo este nuevo marco constitucional, el Acta de Independencia de la América Septentrional y la Constitución de Apatzingán, aunque fueron rescatadas poco a poco del olvido por historiadores que reivindicaban al Congreso del Anáhuac, las guerras civiles y las nuevas constituciones surgidas de éstas, la dejaron como un episodio más de la cada vez más lejana guerra de independencia.
Resumen
La Constitución de Apatzingán fue un documento histórico fundamental en la lucha por la independencia de México. A pesar de su corta vida útil, sentó las bases para futuras constituciones mexicanas al establecer principios democráticos y republicanos. Su legado radica en el deseo de libertad e independencia que impulsó a los insurgentes durante la guerra de independencia.
Aunque fue eclipsada por eventos posteriores, la Constitución de Apatzingán representa un hito importante en la historia política de México. Su estudio nos permite comprender mejor las aspiraciones y luchas del pueblo mexicano durante este periodo crucial de su historia.
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