Tollan-Xicocotitlan

Tollan-Xicocotitlan, también conocida como Tula, fue una importante ciudad precolombina ubicada en el actual estado de Hidalgo, México. Floreció durante el Posclásico Temprano (ss. IX-XII d.C.) y se convirtió en un centro político, religioso y cultural dominante en Mesoamérica. Sus restos arqueológicos nos ofrecen una ventana fascinante a la vida cotidiana, las creencias religiosas y las prácticas sociales de los toltecas, quienes fueron conocidos por su habilidad artística, su arquitectura innovadora y su influencia en otras culturas mesoamericanas.

La ciudad se caracterizaba por sus imponentes pirámides, templos y palacios decorados con relieves escultóricos que representan a dioses, guerreros y escenas cotidianas. Entre los monumentos más notables se encuentran la Pirámide B, conocida como el Templo de Tlahuizcalpantecuhtli, y el Palacio Quemado, un edificio único por su uso de columnas de piedra y sus representaciones de serpientes emplumadas.

Tula Chico

Tula Chico fue el núcleo a partir del cual se desarrolló la ciudad de Tollan-Xicocotitlan. Su desarrollo está relacionado con la cultura Coyotlatelco, documentada también en Teotihuacán por el mismo periodo. Algunos elementos de esta cultura incluyen cierta iconografía alusiva a dioses celestes y la manufactura de una cerámica radicalmente novedosa en las poblaciones del sur de la Altiplanicie Mexicana. El conjunto arquitectónico de Tula Chico tiene su origen en el Epiclásico, cuando Tollan era una pequeña ciudad de hasta seis kilómetros de superficie. Tula Chico posee una plaza alrededor de la cual se encuentran distribuidos los principales edificios del conjunto. La Plataforma Norte alberga las dos principales edificaciones religiosas, conocidas como Pirámides Este y Oeste. Además, esta plataforma contiene los restos de una sala hipóstila que guarda semejanza con el Palacio Quemado de Tula Grande. Tanto en las salas de la Plataforma Norte como en las de la Plataforma Este se han encontrado relieves que probablemente representen a los nobles de la ciudad, muertos en batalla.

Tula Grande

La construcción de un segundo complejo monumental —conocido como Tula Grande— implicó la introducción de ciertas innovaciones arquitectónicas desconocidas en Mesoamérica antes del apogeo de la cultura tolteca. El Palacio Quemado (Edificio 3), por ejemplo, es una estructura única por su uso de columnas de piedra y sus representaciones de serpientes emplumadas. El Coatepantli (del náhuatl: cóatl-pantli ‘serpiente-pared’ ‘Muro de las Serpientes’ ) es otro elemento arquitectónico innovador que rodea el recinto sagrado de Tollan-Xicocotitlan. Este muro está dominado por representaciones de serpientes y águilas, elementos asociados con la divinidad Quetzalcóatl.

Relaciones entre Tollan-Xicocotitlan y Chichén Itzá

Una de las cuestiones más intrigantes en torno a Tula es su posible relación con Chichén Itzá, otra importante ciudad mesoamericana ubicada en el Yucatán. Las similitudes entre ambas ciudades, como la disposición de sus plazas principales y la presencia de elementos iconográficos similares, han llevado a diversos estudiosos a plantear hipótesis sobre una conexión entre ellas. Algunas teorías sugieren que los toltecas fundaron Chichén Itzá o que ambos sitios compartían un mismo origen cultural. Sin embargo, no existe evidencia concluyente para respaldar estas afirmaciones.

Resumen

Tollan-Xicocotitlan fue una ciudad fascinante que dejó un legado duradero en Mesoamérica. Su arquitectura innovadora, su rica iconografía y su influencia política y cultural han cautivado a los historiadores y arqueólogos durante décadas. Aunque aún quedan muchas preguntas sin respuesta sobre la historia de Tula, sus restos nos brindan una valiosa visión del pasado y nos permiten comprender mejor la complejidad y riqueza de las culturas precolombinas.