Virgen de Guadalupe

La denominación "Virgen de Guadalupe", "Nuestra Señora de Guadalupe" o "Santa María de Guadalupe" puede referirse a varias advocaciones marianas veneradas en diferentes lugares del mundo. Estas advocaciones representan diversas tradiciones y creencias, cada una con su propia historia y significado.
El nombre "Guadalupe" se asocia principalmente con la Virgen María, quien es considerada como la madre de Jesús en el cristianismo. La devoción a la Virgen de Guadalupe se ha extendido por siglos, convirtiéndose en un símbolo de esperanza, protección y amor maternal para millones de personas.
España
En España, existen diversas advocaciones a la Virgen de Guadalupe. Una de las más antiguas es la Virgen de Guadalupe (Extremadura), venerada en el Santuario de Guadalupe, Cáceres. Esta advocación mariana primigenia se considera como una de las más importantes del país y atrae a miles de peregrinos cada año.
En la isla de La Gomera, provincia de Santa Cruz de Tenerife, se encuentra la Virgen de Guadalupe (La Gomera). En Úbeda, provincia de Jaén, se venera la Virgen de Guadalupe (Úbeda). También existen advocaciones en Teguise, Lanzarote; Fuenterrabía, Guipúzcoa; y Guadalupe de Maciascoque, Región de Murcia.
América
En América, la Virgen de Guadalupe es una figura central en la cultura mexicana. La Nuestra Señora de Guadalupe (México) es venerada como la patrona del país y se asocia con milagros y protección. La imagen de la Virgen de Guadalupe se encuentra en numerosos templos y hogares mexicanos, convirtiéndose en un símbolo de identidad nacional.
En Perú, se venera a la Virgen de Guadalupe (Pacasmayo).
Resumen
Las advocaciones a la Virgen de Guadalupe representan una rica tradición mariana que se extiende por diferentes países del mundo. Desde España hasta América, la devoción a esta figura mariana se ha convertido en un símbolo de esperanza, protección y amor maternal para millones de personas.
La historia y las tradiciones asociadas con cada advocación de la Virgen de Guadalupe enriquecen la cultura y la espiritualidad de los lugares donde se venera. Su presencia en la vida de las comunidades refleja la importancia que tiene la figura de María como madre y mediadora divina.
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