Cyrtocarpa procera

El Cyrtocarpa procera, comúnmente conocido como chupandía, chupandilla o coco de cerro, es un árbol endémico de México que pertenece a la familia de las Anacardiáceas. Esta especie se caracteriza por su tronco robusto y grueso, que puede alcanzar hasta siete metros de altura. Sus hojas tienen pétalos distintivos de color rojo, lo que le otorga una apariencia única en el paisaje mexicano. El fruto del chupandía, de color amarillo y sabor similar al coco, ha sido utilizado desde tiempos ancestrales por los pueblos indígenas mexicanos para diversos fines culinarios y medicinales.
Su distribución se concentra principalmente en las regiones cálidas del país, especialmente en estados como Puebla, Michoacán, Nayarit y Veracruz. El chupandía es una especie de gran interés ecológico y cultural, representando un valioso recurso natural que requiere ser protegido y estudiado para asegurar su supervivencia a largo plazo.
Clasificación y Descripción
Cyrtocarpa procera se clasifica dentro del orden Sapindales, familia Anacardiaceae, género Cyrtocarpa, y especie procera. Fue descrita por primera vez por Carl Sigismund Kunth en 1824, quien la incluyó en su obra "Nova Genera et Species Plantarum". Se trata de un árbol frondoso de porte erecto que puede alcanzar hasta ocho metros de altura. Su corteza es escamosa y presenta una tonalidad púrpura en su madera. Las hojas son compuestas, alternas, pubescentes (con vellosidades) y miden entre 20 a 30 centímetros de largo. Cada hoja está compuesta por 17 folíolos alargados que alcanzan los 40 a 60 milímetros de longitud.
Las flores del chupandía se agrupan en panículas axilares, es decir, nacen en las axilas de las hojas, y miden aproximadamente seis centímetros de largo. Poseen cinco pétalos blancos de tres milímetros cada uno. El fruto es una drupa carnosa y pubescente, con una cáscara amarilla cuando está madura. Su tamaño varía entre dos y tres centímetros de diámetro. La pulpa del fruto es agridulce y también de color amarillo. En su interior se encuentra un hueso ovalado de color café que alberga entre una y dos semillas con sabor similar al coco.
Distribución
Cyrtocarpa procera es originaria de México, donde se ha encontrado desde el Valle de Tehuacán hasta las regiones del centro y oeste del país. Estudios realizados por Smith y MacNeish, mencionados por Casas y Caballero, sugieren que la chupandía fue una de las primeras especies domesticadas en México, junto con el aguacate y el chile, hace aproximadamente 8000 años. Esta evidencia apoya la hipótesis de que la chupandía es un componente importante del patrimonio cultural y agrícola mexicano desde tiempos prehispánicos.
Actualmente se encuentra principalmente en los estados de Colima, Durango, Guerrero, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca y Puebla. Su distribución geográfica se concentra en zonas de tierra caliente, entre los 1200 y 1500 metros de altitud, habitando climas cálidos, semicálidos, semisecos y templados.
Hábitat
El chupandía es una especie que prefiere ambientes silvestres, asociándose principalmente a bosques tropicales caducifolios y subcaducifolios, bosques espinosos, bosques mesófilos de montaña, así como a bosques de encino y pino. Se encuentra comúnmente en las siguientes zonas:
Copaleras: Áreas donde abundan las especies del género Bursera*. Casahuateras: Zonas con presencia de plantas del género Ipomea arborecens*, conocidas como casahuates. Cubateras: Lugares donde crecen árboles del género Acacia*, conocidos como cubatas. Huizacheras: Áreas dominadas por el árbol Vachellia farnesiana*.
- Barrancas: Zonas de vegetación riparia, es decir, que se encuentran a lo largo de los ríos y arroyos.
Resumen
El Cyrtocarpa procera, o chupandía, es un árbol endémico de México con una rica historia cultural y ecológica. Su distribución geográfica se concentra en regiones cálidas del país, donde habita diversos tipos de bosques. Su fruto, con sabor similar al coco, ha sido utilizado tradicionalmente para fines culinarios y medicinales. Aunque existen evidencias de su domesticación desde tiempos prehispánicos, actualmente se encuentra principalmente en áreas silvestres. Es importante promover la conservación de esta especie para asegurar su supervivencia a largo plazo y preservar el patrimonio natural y cultural de México.
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